Me encanta la música. Desde siempre. Me gusta mucho conocer grupos nuevos, charlar sobre ellos y escucharlos en un reproductor portatil andando por las calles de Madrid. Además me encanta ir a conciertos, aunque creo que eso está cada vez más cerca de cambiar.
Voy a poner un ejemplo concreto para explicar este acontecimiento.
Concierto de Ladytron, Sala Arena, Madrid, un día cualquiera del 2006.
Llegamos justo a la hora y la sala estaba llena. Pasamos una deliciosa hora y algo mirando las nucas de mucho popero-fashion mientras se escuchaba lo que intentaba ser un concierto de Ladytron. La sala Arena tiene una acústica que podríamos calificar como INACEPTABLE. Las voces eran inaudibles, los bajos ultrasobrecargados, y los agudos afilados como cuchillas de afeitar. El setlist no estuvo mal. Un encore corto en la misma linea.
Cuando dećia que me encanta ir a conciertos, me refería a que me encanta pasar de 1 a 2 horas codeándome con individuos anónimos, de puntillas para ver algo, apestado por el humo de los mismos (y eso que fumo), escuchando lo que intenta ser una canción, pagando el triple del precio por la bebida. Además pagando por la entrada. IDEAL.
Desde este pequeño espacio que Google me ha dado me gustaría pedir ya sea a las Salas o a los Gobiernos que POR FAVOR no masifiquen tanto los locales. Queremos ver a nuestros ídolos, pero queremos verlos en unas condiciones aceptables.
Como contraejemplo voy a citar unos conciertos en los que estuvimos en Estocolmo. Eran de entrada libre pero tardamos alrededor de una hora en entrar ya que "estaba lleno" cuando llegamos y sólo podíamos ir pasando según iban saliendo. Alucinado me quedé cuando al acceder al recinto estaba lo que un español normal y corriente denominaría VACIO. Pero claro, para ellos estaba lleno. Nunca vi unos conciertos tan cómodamente. Los Suecos lo saben! Deberíamos de aprender muchas cosas de los nórdicos.